lunes, 2 de septiembre de 2013

John Ronald Reuel Tolkien




























(Bloemfontein, Sudáfrica, 1892 - Bournemouth, Reino Unido, 1973) Escritor británico de origen sudafricano mundialmente conocido como autor de El señor de los anillos (1954-1955), un verdadero clásico de la literatura fantástica. Aunque el autor ya era sobradamente conocido, en fechas recientes su obra ha alcanzado una difusión todavía mayor gracias a las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson.

Hijo de padres ingleses, vivió en Sudáfrica hasta la muerte de su padre en 1896, año en que se trasladó con su familia a Inglaterra. La conversión de la madre al catolicismo lo marcó profundamente. Estudió en Oxford, y mostró muy pronto un vivo interés por la filología y las antiguas sagas y leyendas nórdicas. Tras participar en la Primera Guerra Mundial, enseñó primero lengua inglesa en la Universidad de Leeds. Profesor de lengua y literatura anglosajona en la Universidad de Oxford, se especializó en la época medieval.

Tras publicar algunos ensayos (Sir Gawain y el caballero verde, 1925; Beowulf, 1936), inició la creación de una personal mitología inspirada en la saga artúrica y en la épica medieval anglosajona, plagada de elementos fantásticos y de seres y mundos imaginarios. Así, la novela El hobbit (1937) narra las vicisitudes de un pueblo apacible y sensato que vive en un mundo llamado Tierra media, junto con elfos, duendes y magos.

El hobbit fue el punto de partida de un ambicioso ciclo épico que se concretó en la trilogía de El señor de los anillos (1954-1955), dividida en tres volúmenes: La comunidad del anillo (1954), Las dos torres (1954) y El retorno del rey (1955). Dirigida a un público adulto, la obra de Tolkien encontró a mediados de la década de 1960 una gran acogida, hasta el extremo de convertirse en libro de culto y dar lugar a un género en alza, la «alta fantasía».

La actividad de J. R. R. Tolkien como novelista es inseparable de la del filólogo. Su goce intelectual por las lenguas antiguas (conocía el griego, el anglosajón, el medio inglés, el galés, el gótico, el finlandés, el islandés antiguo, el noruego antiguo, el alto alemán antiguo) lo llevaba a crear sonidos y a inventar lenguajes, siguiendo un método rigurosamente filológico.

Tras El señor de los anillos, Tolkien trabajó en la obra que había de ser el poema épico general de su fantástico mundo mitológico: The Silmarillion, aparecido póstumamente (1977). En el ensayo On Fairy Stories, A Critical Study (1946), Tolkien discute la relación de la literatura fantástica con el romance. Entre sus colecciones poéticas cabe mencionar The Homecoming of Beorhtnoth Beorthelm´s Son (1953) y los poemas narrativos The Lay of Aotrou and Itroun (1945) e Imran (1955).

En El señor de los anillos, Tolkien inventa un reino de fantasía cuyos habitantes, los hobbits (seres antropomorfos y más pequeños que los enanos), poseen una lengua propia, con una gramática perfectamente desarrollada. El eje de la narración lo constituye la oposición entre el bien y el mal, que trasciende de lo puramente local de este reino fantástico a la interpretación del mundo actual. Un anillo de poder, arrancado por un hobbit al enemigo de todos los hombres (Gollum), se convierte en el objeto central de la novela. Las propiedades del anillo (objeto que contiene el máximo poder) lo convierten en una amenaza, por lo que se hace necesaria su destrucción

El narrador sostiene que la historia se apoya en el "libro rojo de Westmach", en el que Bilbo Baggins, el más famoso de los hobbits, recogió la historia de su pueblo. Después de años de peregrinaje, los hobbits se han establecido en un lugar llamado Shire. Bilbo ha conseguido arrancarle un anillo al monstruo Gollum y se lo confía a su pariente Frodo. Pero el mago y consejero Gandalf el Gris descubre que, de todos los anillos, éste es el que más poder confiere, y convoca a un consejo que decide destruir el peligroso anillo. Su destrucción debe efectuarse en Mordor, país habitado por los enemigos de los hobbits: los orcs.

De inmediato se funda una cofradía para librar al mundo del anillo, compuesta por hombres y por criaturas fantásticas como los elfos, los enanos y los hobbits. Boromir, uno de los cofrades, sediento de poder, trata de adueñarse del anillo y se rompe la cofradía. En la segunda parte del libro se cuentan las aventuras que viven los miembros de la hermandad, disgregados y debilitados por la traición. Frodo se enfrenta al monstruo de Gollum iluminado por el sabio sentido común propio de los hobbits y logra vencerle. Herido de muerte, entrega el anillo a su servidor y le ordena llevar a término la misión. El anillo de Gollum es destruido y con él el país de Mordor. Frodo, completamente curado, se marcha con Bilbo hacia tierras lejanas. Un amplio apéndice completa este mundo mítico. En él se incluyen sinopsis históricas y genealógicas, tablas cronológicas, un calendario y los signos alfabéticos de los hobbits.

Inspirado en las leyendas nórdicas y artúricas, el libro puede leerse como una alegoría sobre la búsqueda espiritual, tarea especialmente difícil en una época de crisis de valores. Las leyendas de la cultura anglosajona, y en especial la leyenda de Beowulf, constituyeron la fuente de inspiración para crear sus personajes fantásticos, muchos de ellos con una intencionalidad claramente simbólica.

Crónica histórica, alegoría o utopía, la importancia de El señor de los anillos reside, sobre todo, en su valor literario. Tolkien emplea un lenguaje comprensible, con reminiscencias del estilo bíblico y de las antiguas formas literarias inglesas; junto a esas formas tradicionales, convive en la novela un lenguaje desenvuelto, cotidiano y actual del que se sirven casi todos sus personajes fantásticos. Aunque de trama compleja, en la trilogía se consigue la fusión entre motivos aparentemente dispares, que sirven para interpretar las inquietudes y sueños de nuestra época.

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