martes, 4 de noviembre de 2014

Zdzisław Beksiński







































Zdzisław Beksínski (24 de Febrero 1929, Sanok, Polonia – 21 de Febrero de 2005, Varsovia, Polonia) fue un renombrado pintor, fotógrafo y escultor polaco. Ejecutó sus dibujos y pinturas de un género que él mismo llamó barroco o gótico. El primer estilo es dominado por la representación, los mejores ejemplos vienen de su periodo de Realismo fantástico, cuando pintó imágenes distorsionadas de un ambiente surrealista y de pesadillas. El Segundo estilo es más abstracto, siendo dominado por la forma, y está tipificado por las últimas pinturas de Beksínski.
Beksínski nació en el pueblo de Sanok, en el sur de Polonia. Después de estudiar arquitectura en Cracovia, regresó a Sanok en 1955. Posterior a esta formación, trabajó varios años como supervisor de construcción, labor que odiaba profundamente. En esa misma época, se estaba empezando a interesar en la fotografía, el fotomontaje, la escultura y la pintura. Realizó sus esculturas de plástico, metal y alambre. Su fotografía tuvo varios temas que además aparecerían en sus futuras pinturas, presentando rostros arrugados, paisajes y objetos con texturas agitadas, en los que enfatizó (especialmente para manipular luces y sombras). Su fotografía además describía imágenes inquietantes, tales como muñecas mutiladas con sus caras arrancadas, retratos de personas sin rostro o con la cara envuelta en vendajes. Más tarde, se concentró en la pintura. Sus primeras pinturas fueron de arte abstracto, pero a lo largo de la década de 1960 sus inspiraciones surrealistas fueron más visibles.
Beksínski no tuvo entrenamiento formal como artista. Sus cuadros fueron principalmente creados usando pintura al oleo en paneles de aglomerado que el mismo preparaba, aunque también experimentó con pintura acrílica. Escuchaba música clásica mientras pintaba, ya que el silencio le molestaba.
En 1964, una prestigiosa exhibición en Varsovia probó ser su primer éxito, pues todas las pinturas fueron vendidas.Beksiński se arrojó de lleno en la pintura, y trabajó prolíficamente en esta actividad (siempre al agobio de música clásica). Pronto se convirtió en la figura líder del arte contemporáneo polaco. En los tardíos años sesenta, incursionó en lo que el mismo llamó su “periodo fantástico”, en el que duró hasta mediados de la década de los ochenta. Este es su periodo más conocido, durante él creó imágenes perturbadoras, mostrando un mundo surrealista y post-apocalíptico, pormenorizando escenas de muerte, putrefacción, paisajes repletos de calaveras, figuras deformadas y desiertos. Estas pinturas fueron bastante detalladas, demostrando su marcada precisión y perfeccionismo. Al tiempo Beksínski expresaba, “Deseo pintar de la misma forma como si estuviese fotografiando los sueños”.
Pese al tono sombrío de su arte, Beksínski afirmaba que algunos de sus trabajos eran indescifrables; en su opinión, estos guardaban un tema optimista e incluso humorístico. En ocasiones expresaba que no sabía el significado de sus propias obras y no le interesaba en lo posible hacer interpretaciones. Siendo consecuente con esto, se rehusó a proporcionarle títulos a sus pinturas y dibujos.
Antes de mudarse a Varsovia en 1977, quemó una selección de su trabajo en el patio trasero de su casa, sin dejar documentación alguna. Lo hizo porque consideraba que estas obras eran demasiado personales o insatisfactorias para que fueran públicas.
La década de los ochenta marcó un periodo de transición para Beksínski. Durante este tiempo, sus obras se volvieron famosas en Francia debido al esfuerzo de Piotr Dmochowski, lo que le proporcionó significativa popularidad en Europa occidental, Estados Unidos y Japón. A finales de los ochenta y principios de los noventa se enfocó en imágenes tipo-escultura prestas en una restringida paleta de colores, incluyendo una serie de cruces. Las pinturas en este estilo parecen a menudo haber sido bosquejadas densamente en líneas coloreadas, fueron menos esplendidas que las conocidas en su “periodo fantástico”, pero igual de intensas. Su último periodo, a finales de los noventa, estuvo influenciado por la imagen y la manipulación computarizada.
El último tercio de los años noventa fue un periodo severo para Beksínski. Su esposa, Zofía, murió en 1998. Un año más tarde, en la navidad de 1999, su hijo Tomasz (un popular presentador de radio, periodista musical y traductor de cine) se suicidó. El mismo Beksínski descubrió el cuerpo de su hijo. Incapaz de aceptar la muerte de este, colgó de la pared de su alcoba un sobre que decía, “Para Tomek (diminutivo de Tomasz) en caso de que yo fallezca".
El 21 de Febrero de 2005, Beksínski fue hallado muerto en su apartamento en Varsovia con 17 puñaladas en su cuerpo, dos de ellas fatales. Robert Kupiec (el hijo adolescente del conserje del edificio), quien más tarde se declaró culpable, y un amigo fueron arrestados poco después del crimen. El 9 de Noviembre de 2006 Robert Kupiec fue condenado a 25 años de prisión, y su cómplice, Łukasz Kupiec, a 5 años por la corte de Varsovia. Antes de su muerte, Beksínski se había negado a prestarle dinero a Robert (unos pocos cientos de złotys, apenas 100$).

No hay comentarios:

Publicar un comentario