viernes, 30 de octubre de 2015

Oski [Oscar Conti]



















(Buenos Aires, 1914 - id., 1980) Dibujante argentino. Su humor dio vida a personajes petrificados por la historia, introduciéndolos en la vida cotidiana, creando, de esta manera, situaciones estrafalarias, reflejo de su visión absurda de la vida
Oski publicó su primer dibujo en la revista Cascabel en 1942 y colaboró en revistas argentinas y de otros países, tales como Rico tipo, Vea y lea, Cabalgata, El hogar, y en los diarios Clarín y Ja. Es autor de numerosos libros de dibujos, como Bruta antología Oski (1952) y Vera historia de Indias (1958).

Un monje enloquecido que hace arabescos sobre los textos sagrados”. La definición pertenece a Umberto Eco y fue motivada por una exposición de miniaturas hecha por Oski en 1974. Pero, a decir verdad, para Oski lo único sagrado era su libertad extrema, que le permitía tomarse en broma todas las cosas que lo rodeaban, aunque sentía especial predilección por los textos antiguos, que interpretaba libremente a través de sus dibujos, que hicieron escuela.
Oscar Esteban Conti nació en la ciudad de Buenos Aires en 1914 y se diplomó en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Más tarde estudió escenografía en la Academia Superior de Buenos Aires. Después, cuando empezó a publicar dibujos, decidió adoptar el Oski –diminutivo de Oscar– “para ocultar la vergüenza de que trabajaba en revistas”, como confesó en su último reportaje, concedido a Juan Sasturain.
Amaba el vino y coleccionaba cuadrantes de antiguos relojes. Era un hombre jovial, de humor implacable, admirado en forma unánime por sus colegas, que despreciaba la rutina y jamás le concedía una tregua a esa oscura tejedora de telarañas.
Sus primeros trabajos publicados como dibujante datan de 1943, acusaban la influencia de Steimberg y aparecieron en la revista Cascabel, en la que también publicaba su hermana Sara, quien firmaba con el seudónimo Van Pog. Los siguieron otros en revistas y diarios argentinos y del exterior, como Rico Tipo, Vea y Lea, Cabalgata, El Hogar, Revista de Aeronáutica, Dr. Merengue, La Hipotenusa, Satiricón, Mengano, Humor, Media Suela, Billiken, Clarín, Ja, Ja (México) y Ultimas Noticias (Chile).
Fue director y dibujante de su propia revista Los Cuadernos de Oski, y creador de “Amarroto”, el personaje protagonista de su única tira cómica.
Entre 1943 y 1944 vivió en Perú, atrapado por el estudio de la arqueología y el folclore.
Su interés por los viajes fue una constante durante toda su vida. En 1948, 1951, 1958 y 1965 anduvo por Europa, eligiendo especialmente Italia y Francia como lugares de residencia, donde trabajó como ilustrador de libros y realizó diseños publicitarios. En 1947 creó el diseño escenográfico para “La Putain Respectuese”, de Jean Paul Sartre, obra montada en Santiago de Chile, y en 1953 el de “Androcles and the Lion”, de George Bernard Shaw, en Buenos Aires.
Ilustró Brutos consejos para gobernantes, de Carlos Warnes (César Bruto) –humorista querido y admirado por Julio Cortázar, que lo incluyó, por ejemplo, en su famosa Rayuela–. En sociedad con Warnes realizó, también, los Cuadernos de medicina, a pedido de una gran empresa farmacéutica. Estos cuadernos originaron posteriormente El Medicinal Brutoski, una obra monumental en la que ilustraba antiguas y desopilantes recetas para la curación de todos los males.
Esta inclinación de Oski por la medicina primitiva se manifestó también en Italia, donde realizó trabajos publicitarios como la Tavole della Scuola di Salerno, para la industria farmacéutica Serono, luego reunidos en un libro.
De su exclusiva autoría fueron Bruta antología de Oski (1952), Vera Historia de Indias (1958) y Primera Fundación de Buenos Aires, llevada al cine en 1959.
Pese a que en sus dibujos la temática política está prácticamente ausente, Oski colaboró, por convicción, con muchas publicaciones de izquierda, como L’Unitá, Paese Sera y Vie nuove. Tras el triunfo de la revolución cubana decidió vivir un tiempo en la isla para palpar de cerca aquel fenómeno, algo que repitió al asumir en Chile el gobierno de la Unidad Popular, radicándose allí para trabajar en televisión y en la revista Cabro Chico.
En 1972 regresó a Buenos Aires, donde publicó los libros Vera historia del deporte (1973) y Oski en su tinta (1974), pero volvió a partir rumbo a Barcelona en 1975, ante el clima político cada vez más represivo.
En la gran ciudad catalana ilustró, para la Editorial Luman, El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde. No mucho después, en 1976, emigró nuevamente a Roma, hasta que en 1979, ya enfermo, decidió volver a Buenos Aires, para morir en una cama de hospital. Casi no dejó pertenencias, sólo dibujos y algunos cuadrantes de relojes antiguos.
Tras su desaparición, fueron editados El ABC de Oski (1983), Maestroski (1989), El descubrimiento de América (1992) y Comentarios a las tablas médicas de Salerno (1999).
Su definición sobre el humor lo pinta cabalmente: “en el fondo es una canallada, como reírse de las fotos viejas de la familia, pero es que el humor siempre se basa en el dolor, la tristeza, el ridículo; es una manera de sobrevivir a la angustia”.





Miguel Hernández









































(Orihuela, 1910 - Alicante, 1942) Poeta español. Adscrito a la Generación del 27, destacó por la hondura y autenticidad de sus versos, reflejo de su compromiso social y político.
Nacido en el seno de una familia humilde y criado en el ambiente campesino de Orihuela, de niño fue pastor de cabras y no tuvo acceso más que a estudios muy elementales, por lo que su formación fue autodidacta.
Su interés por la literatura lo llevó a profundizar en la obra de algunos clásicos, como Garcilaso de la Vega o Luis de Góngora, que posteriormente tuvieron una marcada influencia en sus versos, especialmente en los de su etapa juvenil. También conoció la producción de autores como Rubén Darío o Antonio Machado. Participó en las tertulias literarias locales organizadas por su amigo Ramón Sijé, encuentros en los que se relacionó con la que luego fue su esposa e inspiradora de muchos de sus poemas, Josefina Manresa.
Con veinticuatro años viajó a Madrid y conoció a Vicente Aleixandre y a Pablo Neruda; con este último fundó la revista Caballo Verde para la Poesía. Las ideas marxistas del poeta chileno tuvieron una gran influencia sobre el joven Miguel, que se alejó del catolicismo e inició la evolución ideológica que lo condujo a tomar posiciones de compromiso beligerante durante la Guerra Civil.
Tras el triunfo del Frente Popular colaboró con otros intelectuales en las Misiones Pedagógicas, movimiento de carácter social y cultural. En 1936 se alistó como voluntario en el ejército republicano. Durante la contienda contrajo matrimonio con Josefina Manresa, publicó diversos poemas en las revistas El Mono Azul, Hora de España y Nueva Cultura, y dio numerosos recitales en el frente. El fallecimiento de su primer hijo (1938) y el nacimiento del segundo (1939) se añadieron como motivo inspirador de su obra poética. Terminada la guerra regresó a Orihuela, donde fue detenido. Condenado a muerte, luego se le conmutó la pena por la de cadena perpetua. Después de pasar por varias prisiones, murió en el penal de Alicante víctima de un proceso tuberculoso: de esta forma se truncó una de las trayectorias más prometedoras de las letras españolas del siglo XX.
La poesía de Miguel Hernández
Aunque cronológicamente el autor debería pertenecer a la llamada promoción del 35, de la que formaron parte poetas como L. Rosales o L.M. Panero, el estilo de su obra y su relación con los representantes de la Generación del 27 hacen que se le considere el miembro más joven de esta última, el "genial epígono del grupo" en palabras de Dámaso Alonso. Su trayectoria como escritor dio comienzo con algunas colaboraciones en la revista de tendencia católica El Gallo Crisis, dirigida por Ramón Sijé.
Su primer volumen de versos, Perito en lunas (1934), está formado por 42 octavas reales en las que los objetos cotidianos y humildes son descritos con un hermetismo formal en el que trasluce claramente el magisterio gongorino. Sin embargo, en otros poemas de la misma época se intuye una mayor soltura verbal y el inicio de su compromiso con la causa de los desheredados.
En 1934, después de dar a conocer en la revista Cruz y Raya el auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, de carácter calderoniano, comenzó la que a la postre fue considerada su obra maestra y de madurez, El rayo que no cesa (1936), que inicialmente pensaba titular El silbo vulnerado. La vida, la muerte y el amor (éste como hilo conductor del poemario) son los ejes centrales de un libro compuesto mayoritariamente por sonetos y deslumbrante en su conjunto, aunque destaca alguna elegía como la dedicada a la muerte de Ramón Sijé, escrita en tercetos encadenados y considerada una de las más importantes de la lírica española de todos los tiempos.
Durante la Guerra Civil cultivó la llamada poesía de guerra: su fe republicana se plasmó en una serie de poemas reunidos en Viento del pueblo (1937), que incluyó la "Canción del esposo soldado", dirigida a su mujer, y otras creaciones famosas, como "El niño yuntero". También en este período concibe El hombre acecha (1939), que manifiesta su visión trágica de la contienda fratricida, y diversos textos dramáticos que se publicaron con el título Teatro en la guerra (1937).
Mientras se hallaba en la cárcel escribió Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941), donde hizo uso de formas tradicionales de la poesía popular castellana para expresar en un estilo conciso y sencillo su hondo pesar por la separación de su mujer y sus hijos y la angustia que le producían los efectos devastadores de la guerra.


Menos tu vientre 
todo es confuso. 

Menos tu vientre 
todo es futuro 
fugaz, pasado, 
baldío y turbio. 

Menos tu vientre 
todo es oculto, 

menos tu vientre 
todo inseguro, 
todo postrero, 
polvo sin mundo. 

Menos tu vientre 
todo es oscuro, 
menos tu vientre 
claro y profundo.


jueves, 29 de octubre de 2015

Niki de Saint Phalle







































(París, 1930) Escultora francesa. Realizó sus primeros relieves a base de acumulaciones en 1956. A partir de 1965 inició la serie Nanas, figuras femeninas grotescas, pintadas con colores vivos y enormes tamaños. Desde 1966 ha realizado casas escultura habitables y esculturas juego (El Golem, parque Rabinovich de Jerusalén).








martes, 27 de octubre de 2015

Miguel Servet







































(Miguel Servetus; Villanueva de Sijena, España, 1511-Champel, Suiza, 1553) Teólogo y médico español. Mientras cursaba estudios en Barcelona trabó amistad con el confesor de Carlos I fray Juan de Quintana, quien lo acogió a su servicio y viajó con él a Roma en 1530 con motivo de la coronación del emperador. Seguidamente abandonó a su mentor e inició una larga peregrinación por diferentes ciudades europeas (Lyon, Ginebra, Basilea), donde polemizó con algunos líderes reformistas como Johannes Ecolampadio o Martín Bucer.
En 1531 y 1532 aparecieron dos obras suyas en las que intentó dilucidar las cuestiones teológicas relativas a la Santísima Trinidad, y abogó por una visión muy personal que consideraba a Jesús como una divinidad deseada por el Padre y, en consecuencia, con un origen simultáneo al acto físico del nacimiento. Esta concepción, inmediato precedente del unitarismo, le enfrentó tanto a los católicos como a los protestantes, viéndose obligado a publicar una formulación revisada de la misma apenas un año después.
En 1537 se matriculó en la Universidad de París para estudiar medicina, pero un tratado de astrología en el que defendía la influencia de las estrellas en la salud humana lo enfrentó a la comunidad médica profesional. Su amistad personal con el arzobispo de Vienne le permitió entrar a su servicio como médico personal.
En 1546 envió a Calvino una copia de su trabajo más importante, Christianismi Restitutio, de carácter fundamentalmente teológico pero que pasó a la posteridad por contener en su Libro V la primera exposición de la circulación pulmonar o menor. Tras leer dicha obra, Calvino denunció a Servet ante la Inquisición de Lyon, lo que provocó la huida apresurada de éste.
En una fatal etapa en Ginebra, camino de Italia, Servet fue reconocido y, tras ser detenido y juzgado, fue condenado a morir en la hoguera. Su muerte suscitó una fuerte polémica en el frente protestante sobre la aplicación de la pena capital por razones de supuesta herejía.

domingo, 25 de octubre de 2015

Johann Strauss










































(Viena, 1825-id., 1899) Compositor, violinista y director de orquesta austriaco. Conocido como «el rey del vals», Johann Strauss II o segundo (así llamado para diferenciarlo de su padre, el también compositor Johann Strauss) formó parte de la dinastía de músicos que convirtió esta modalidad de baile en un símbolo de Viena.
Niño prodigio, compuso su primer vals cuando sólo contaba seis años. No obstante, su dedicación a la música encontró la firme oposición de su progenitor, que quería que fuese comerciante. Sin embargo, gracias al apoyo de la madre, pudo tomar lecciones de violín y composición en secreto y dedicarse a la música.
A los diecinueve años fundó su propia orquesta, que compitió en éxito con la de su padre. A la muerte de éste en 1849, ambas orquestas se unieron en una sola bajo la dirección del joven Strauss, que dio conciertos con gran éxito en las principales ciudades de Francia, Alemania, Inglaterra, Rusia y los Estados Unidos. Aclamado en todo el mundo, en 1863 fue nombrado director de la música de baile de la corte de Viena.
Ese mismo año, después de su matrimonio con la cantante Jetty Treffe, confió la dirección de su famosa orquesta a sus hermanos Eduard y Joseph. A partir de entonces se consagró a la composición de operetas, con títulos como El murciélago (1874) y El barón gitano (1885), y de valses: El Danubio azul (1867), Rosas del sur (1880), El vals del emperador (1889) y Voces de primavera (1883) son algunos de sus valses más populares.
El Danubio azul es considerada como la más importante de las 498 composiciones de danza compuestas por el "rey del vals". Consiste en una introducción (44 compases) del vals propiamente dicho, dividido en cinco partes, algunas de las cuales va precedida de una "entrada" para terminar en una extensa "coda" de 148 compases. Allí se afirma el carácter decididamente rítmico de la melodía, orientada directamente, incluso con su variedad de acentos y de movimientos, a los fines de la danza. Bajo este aspecto, la obra constituye un verdadero modelo en su género. En el bello Danubio azul (tal es su título original en alemán) pudo escucharse por primera vez en 1867, pero no tal como hoy lo conocemos, sino en una versión coral. La orquestal, desde el mismo momento de su estreno (1890), tuvo una acogida triunfal que no ha remitido con el tiempo.
De sus operetas, debe destacarse la opereta en tres actos El murciélago, representada por vez primera en Viena, en el teatro An Der Wien, el 6 de abril de 1874. La acción transcurre en un balneario termal junto a Viena, donde una joven casada, muy sensible a los requerimientos amorosos de un tenor, lo recibe en su casa en ausencia del marido. Pero la policía, que está buscando al marido, se presenta en la casa y detiene en su lugar al tenor. Aclarado el equívoco que, a su vez, da lugar a otros divertidos quid pro quos, el asunto termina, como no podía menos, de la mejor manera posible. El título deriva del apodo de "Murciélago" que le dan al director de prisiones, por haberse disfrazado de esta guisa para asistir a un baile de máscaras.
El Murciélago es la opereta más típicamente vienesa y, en la historia de esta forma teatral, marca efectivamente una fecha, por llevar a escena por primera vez hombres actuales y cotidianos, que viven la vida de su tiempo cantando alegremente vestidos a la moda del día, en lugar de personajes imaginarios, ataviados de manera fantástica, ya fuesen históricos, ya mitológicos. El Murciélago debe además su importancia al hecho de haber iniciado la opereta-vals, característica de Johann Strauss hijo, y de sus sucesores, los operetistas vieneses y alemanes en general. En efecto, en El Murciélago, el vals está elevado al nivel de generador lírico de la opereta entera, y sobre todo en el segundo acto (la fiesta en el jardín) anima la escena con la inagotable riqueza de sus melodías.



Georges Bizet








































(París, 1838 - Bougival, Francia, 1875) Compositor francés. Muy exigente consigo mismo, su producción es escasa y cuenta con muchas obras inacabadas y retiradas por el mismo compositor y sólo recuperadas póstumamente, como es el caso de la Sinfonía en do mayor (1855). Nacido en el seno de una familia de músicos, ingresó en el Conservatorio de París con tan sólo nueve años. La consecución en 1857 del prestigioso Gran Premio de Roma de composición le permitió proseguir su formación en Italia durante tres años. Su ópera Don Procopio data de aquella época. A su regreso a Francia, compuso las óperas Los pescadores de perlas (1863) y La hermosa muchacha de Perth (1867), ambas acogidas con frialdad por el público. No corrieron mejor suerte las dos obras que más han contribuido a la fama del compositor: la música de escena para el drama La arlesiana (1872), de Alphonse Daudet, y sobre todo la considerada obra maestra del teatro lírico galo, Carmen (1875), cuyo controvertido estreno se dice que precipitó la muerte del compositor.
El padre de Bizet, profesor de canto, le enseñó los primeros rudimentos del arte musical; a los cuatro años ejecutaba los más difíciles ejercicios y a los nueve era admitido en la clase de piano de Marmontel en el Conservatorio de París. Seis meses después obtenía el primer premio de solfeo. Paralelamente a su formación instrumental, estudió composición con Zimmermann, que sustituía entonces a Charles Gounod. En 1852, un primer premio de piano fue la compensación a sus brillantes y fogosas ejecuciones; en 1854 obtuvo un premio de órgano en la clase de Benoist y al mismo tiempo se matriculó en el curso de composición de Halévy, el célebre autor de Hebrea.
Ya en la Sinfonía en do mayor (1855) se pudo entrever que la economía, la precisión en la expresión y el ritmo danzante y ágil serían características de su música. Concluyó sus estudios ganando el gran Premio de Roma en 1857 y más tarde, durante sus tres años como becario en Italia, encontró allí un terreno fértil para cultivar sus grandes aficiones artísticas y literarias.
Bizet es uno de los maestros del arte lírico francés por la concisión de pensamiento, por su sugestiva potencia, por la variedad de su vocabulario armónico y por la riqueza y la forma de su orquestación. Su primera ópera mayor, Los pescadores de perlas, se estrenó en París en 1863. Sin embargo, no fue un éxito y pronto se retiró del cartel. Tampoco lo fue La Bella muchacha de Perth (1867), ni la obra en un acto Djamileh (1872). El escenario de todas estas óperas se sitúa fuera de Francia. Bizet presenta con excelente acierto sus exóticos ambientes, especialmente en Los pescadores de perlas. Junto a este exotismo bien estudiado, Bizet procuró asimilar las figuras de la escena, caracterizándolas individualmente en su música, como en el manifiesto retrato oriental de Djamileh.
Por este motivo, la caracterización musical y dramática de Carmen (1874-1875), que se convertiría en una de las obras de más éxito en la historia de la ópera, no fue simplemente fruto del azar sino más bien la culminación del desarrollo artístico del compositor. Los críticos de la época fueron duros en su apreciación de la música de Bizet y el estreno de Carmen fue casi un fracaso. El relato de Prosper Merimée (que narra la aventura amorosa entre la gitana Carmen y el joven soldado don José y acaba con la total degradación del soldado, cuya pasión le empuja a matar a Carmen) era un tema demasiado realista para el público de aquel tiempo.
Pero fue precisamente este mismo realismo el que liberó el genio de Bizet. En algunos de los pasajes más emocionantes de esta ópera, Bizet se acercó peligrosamente a la expresión tonal de su amigo Gounod, pero cuando describe una pasión inquieta (como cuando se acerca a la protagonista), su capacidad para caracterizar en música se supera a sí misma.
Profundamente afectado por violentas e injustas críticas, Bizet falleció la noche de la trigésimo tercera representación de Carmen. Poco antes había destruido la mayor parte de sus manuscritos que vacilaba en confiar a un editor, y especialmente el esbozo del Cid, que debía ser presentado el año siguiente en la Sala Favart. Además de su drama musical como tal, Bizet también compuso la música para la obra de Daudet La arlesiana (1872). Las dos suites orquestales de La arlesiana y la obertura Patria (1873) fueron las únicas obras que gozaron de algún éxito durante la vida del músico. Las doce piezas para piano Juegos de niños (1871) son miniaturas brillantes que reflejan el mundo infantil, descritas con una intuición concisa y maravillosa. Bizet orquestó más tarde cinco de estas piezas.

jueves, 22 de octubre de 2015

Franz Liszt








































(Raiding, actual Hungría, 1811-Bayreuth, Alemania, 1886) Compositor y pianista húngaro. Su vida constituye una de las novelas más apasionantes de la historia de la música. Virtuoso sin par, durante toda su trayectoria vital, y sobre todo durante su juventud, se rodeó de una aureola de artista genial, violentamente escindido entre el arrebato místico y el éxtasis demoníaco.
Paradigma del artista romántico, fue un niño prodigio que llegó a provocar el entusiasmo del mismo Beethoven, músico poco dado por naturaleza al elogio. Alumno en Viena de Carl Czerny y Antonio Salieri, sus recitales causaron sensación y motivaron que se trasladara con su padre a París, donde en 1825 dio a conocer la única ópera de su catálogo, Don Sanche, ou Le Château d'amour, fríamente acogida por un público que veía en el pequeño más un prodigioso pianista que un compositor.
En la capital gala conoció a dos de los músicos que habían de ejercer mayor influencia en su formación: el compositor Hector Berlioz con su Sinfonía fantástica y, en mayor medida aún, el violinista Niccolò Paganini. La audición de un recital de este último en 1831 constituyó una revelación que incidió de modo decisivo en la forma de tocar del joven virtuoso: desde aquel momento, el objetivo de Liszt fue lograr al piano los asombrosos efectos que Paganini conseguía extraer de su violín. Y lo consiguió, en especial en sus Estudios de ejecución trascendente.
Ídolo de los salones parisinos, del año 1834 data su relación con Marie d'Agoult, condesa de Flavigny, de la cual nació su hija Cosima, futura esposa del director de orquesta Hans von Bülow primero, y de Richard Wagner después. Su carrera musical, mientras tanto, proseguía imparable, y en 1848 obtuvo el puesto de maestro de capilla de Weimar, ciudad que convirtió en un foco de difusión de la música más avanzada de su tiempo, en especial la de Wagner, de quien estrenó Lohengrin, y la de Berlioz, del que representó Benvenuto Cellini.
Si hasta entonces su producción se había circunscrito casi exclusivamente al terreno pianístico, los años que vivió en Weimar marcaron el inicio de su dedicación a la composición de grandes obras para orquesta, entre las que sobresalen las sinfonías Fausto y Dante, sus más célebres poemas sinfónicos (Tasso, Los preludios, Mazeppa, Orfeo) y las versiones definitivas de sus dos conciertos para piano y orquesta. Fue la época más prolífica en cuanto a nuevas obras, favorecida por el hecho de que el músico decidió abandonar su carrera como virtuoso para centrarse en la creación y la dirección.
Sin embargo, diversos conflictos e intrigas con las autoridades de la corte y el público lo indujeron a dimitir de su cargo en 1858. Se iniciaba así la última etapa de su vida, dominada por un profundo sentimiento religioso que le llevó a recibir en 1865 las órdenes menores y a escribir una serie de composiciones sacras entre las que brillan con luz propia los oratorios La leyenda de santa Isabel de Hungría y Christus, aunque no por ello el abate Liszt -como empezó a ser conocido desde aquel momento- perdió su afición a los placeres terrenales.
Su aportación a la historia de la música puede resumirse en dos aspectos fundamentales: por un lado amplió los recursos técnicos de la escritura y la interpretación pianísticas, y por otro dio un impulso concluyente a la música de programa, aquella que nace inspirada por un motivo extramusical, sea éste literario o pictórico. Padre del poema sinfónico, su influencia en este campo fue decisiva en la obra de músicos posteriores como Smetana, Saint-Saëns, Franck o Richard Strauss. No menos interés tiene la novedad de su lenguaje armónico, en cuyo cromatismo audaz se anticipan algunas de las características de la música de su amigo y más adelante yerno Richard Wagner e, incluso, de los integrantes de la Segunda Escuela de Viena. Todas estas características hacen de Liszt un músico revolucionario.



jueves, 15 de octubre de 2015

Friedrich Nietzsche


























(Röcken, actual Alemania, 1844-Weimar, id., 1900) Filósofo alemán, nacionalizado suizo. Su abuelo y su padre fueron pastores protestantes, por lo que se educó en un ambiente religioso. Tras estudiar filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, a los veinticuatro años obtuvo la cátedra extraordinaria de la Universidad de Basilea; pocos años después, sin embargo, abandonó la docencia, decepcionado por el academicismo universitario. En su juventud fue amigo de Richard Wagner, por quien sentía una profunda admiración, aunque más tarde rompería su relación con él.
La vida del filósofo fue volviéndose cada vez más retirada y amarga a medida que avanzaba en edad y se intensificaban los síntomas de su enfermedad, la sífilis. En 1882 pretendió en matrimonio a la poetisa Lou Andreas Salomé, por quien fue rechazado, tras lo cual se recluyó definitivamente en su trabajo. Si bien en la actualidad se reconoce el valor de sus textos con independencia de su atormentada biografía, durante algún tiempo la crítica atribuyó el tono corrosivo de sus escritos a la enfermedad que padecía desde joven y que terminó por ocasionarle la locura.
Los últimos once años de su vida los pasó recluido, primero en un centro de Basilea y más tarde en otro de Naumburg, aunque hoy es evidente que su encierro fue provocado por el desconocimiento de la verdadera naturaleza de su dolencia. Tras su fallecimiento, su hermana manipuló sus escritos, aproximándolos al ideario del movimiento nazi, que no dudó en invocarlos como aval de su ideología; del conjunto de su obra se desprende, sin embargo, la distancia que lo separa de ellos.
Entre las divisiones que se han propuesto para las obras de Nietzsche, quizá la más sincrética sea la que distingue entre un primer período de crítica de la cultura y un segundo período de madurez en que sus obras adquieren un tono más metafísico, al tiempo que se vuelven más aforísticas y herméticas. Si el primer aspecto fue el que más impacto causó en su época, la interpretación posterior, a partir de Heidegger, se ha fijado, sobre todo, en sus últimas obras.
Como crítico de la cultura occidental, Nietzsche considera que su sentido ha sido siempre reprimir la vida (lo dionisíaco) en nombre del racionalismo y de la moral (lo apolíneo); la filosofía, que desde Platón ha transmitido la imagen de un mundo inalterable de esencias, y el cristianismo, que propugna idéntico esencialismo moral, terminan por instaurar una sociedad del resentimiento, en la que el momento presente y la infinita variedad de la vida son anulados en nombre de una vida y un orden ultraterrenos, en los que el hombre alivia su angustia.
Su labor hermenéutica se orienta en este período a mostrar cómo detrás de la racionalidad y la moral occidentales se hallan siempre el prejuicio, el error o la mera sublimación de los impulsos vitales. La «muerte de Dios» que anuncia el filósofo deja al hombre sin la mezquina seguridad de un orden trascendente, y por tanto enfrentado a la lucha de distintas voluntades de poder como único motor y sentido de la existencia. El concepto de voluntad de poder, perteneciente ya a sus obras de madurez, debe interpretarse no tanto en un sentido biológico como hermenéutico: son las distintas versiones del mundo, o formas de vivirlo, las que se enfrentan, y si Nietzsche ataca la sociedad decadente de su tiempo y anuncia la llegada de un superhombre, no se trata de que éste posea en mayor grado la verdad sobre el mundo, sino que su forma de vivirlo contiene mayor valor y capacidad de riesgo.
Otra doctrina que ha dado lugar a numerosas interpretaciones es la del eterno retorno, según la cual la estructura del tiempo sería circular, de modo que cada momento debería repetirse eternamente. Aunque a menudo Nietzsche parece afirmar esta tesis en un sentido literal, ello sería contradictorio con el perspectivismo que domina su pensamiento, y resulta en cualquier caso más sugestivo interpretarlo como la idea regulativa en que debe basarse el superhombre para vivir su existencia de forma plena, sin subterfugios, e instalarse en el momento presente, puesto que si cada momento debe repetirse eternamente, su fin se encuentra tan sólo en sí mismo, y no en el futuro.



lunes, 12 de octubre de 2015

Tres Temas para escuchar


ZAMBA DE AMOR EN VUELO
Como un tizón encendido
Ardiendo dentro mi sangre
Tu sombra viene conmigo 
Y no la puedo arrancar.
Te llevo por los caminos
Como un abrojo prendido,
Prendido a mi caminar.
Te llevo por los caminos
Como un abrojo prendido,
Prendido a mi guitarrear.
Por esas ramas del viento
Veo anunciado tu pelo
Y en los alambres del tiempo
Jirones de soledad.
Se deshilacha el recuerdo
Sabiendo que estas muy lejos
Y que ya no volverás.
Se deshilacha el recuerdo
Sabiendo que estas muy lejos
De aquella nuestra verdad.
Estremecidos de cielo
Yo vi tus ojos llorar.
La noche pide guitarra
La zamba busca el olvido
Y yo te quiero cantar.
La noche pide guitarra
La zamba busca el camino
Yo no te puedo olvidar.
Como un sutil alfarero
Te fui tallando en mis sueños
A golpe de greda y fuego
A fuerza de tanto amar.
Y en el telar de un coplero
Te dibujé verso a verso
Para no perderte más.
Y en el telar de un coplero
Te dibujé verso a verso
Para besarte al cantar.
Aquella luna perdida
Como un capullo en el cielo
Se me hace que es tu pañuelo
Que en una zamba se va.
Y en el temblor del lucero
Como siguiendo tu vuelo
Mis pensamientos se van.
Y en el temblor del lucero
Como siguiendo tu vuelo
Mi amor, mi amor te sale a buscar.



Quiero ser tu sombra
Como te nombrare
Para que entiendas
Que es por ti mi canción
Como decirte amor
De mi temor
Que no me quieras creer
Si sabes que mis ojos
Están viendo
Lo que tú quieres ver
Si eres como la estrella
Que mata los miedos
De mi anochecer.
Tu sombra quiero ser
Para que entiendas
De esta dulce ansiedad
Que hay en mi corazón
Para que sepas
Como se debe amar
Para seguirte a veces
Y otras veces
Señalarte el lugar
Por donde caminar
Para encontrar al fin
La dicha del amor
Y así mi vida
Seré tu sombra
Que no te llama
Que no te nombra
Pero te ama
Pero te sigue
Y enamorada
Besar tu piel





Quisiera
Quisiera ser una gota de sal
nacer en tu piel una y mil veces.
Quisiera ser un amanecer 
para llenarte de mi cada vez que despiertes.
Quisiera ser un amanecer
volverme luz en tus ojos cuando despiertes.
Quisiera ser amo y único dueño del tiempo
y llevarlo al encuentro contigo.
Quisiera ser el final del camino
para tener preparados y cumplidos tus sueños.
Quisiera ser el final del camino
y adonde quiera que vayas ser tu destino.
Quisiera ser los poemas del Alba,
llegar a ti y beber tu rocío.
Quisiera ser ecos en el silencio
cuando tu alma se vuelva huracán dentro mío.
Quisiera ser en tus sueños la estrella fugaz
cargarte en mis alas, llevarte conmigo.
Quisiera ser la caricia en el río
que llega cantando y se seca en tus manos.
Quisiera ser ese beso soñado
que sacude tu cuerpo y abre tus sentidos.
Quisiera ser ese beso soñado
y para siempre en tu boca quedarme dormido
Quisiera darte una rosa en el viento,
que lleve los pétalos que te enamoran
Quisiera ser el lucero que asoma,
Iluminarte en la noche y besarte la sombra
Quisiera ser el lucero que asoma,
Ser el testigo de tu alma cuando me nombra..
Quisiera ser los poemas del Alba,
llegar a ti y beber tu rocío.
Quisiera ser ecos en el silencio
cuando tu alma se vuelva huracán dentro mío.
Quisiera ser en tus sueños la estrella fugaz
cargarte en mis alas, llevarte conmigo.

sábado, 10 de octubre de 2015

Orson Welles
























(Kenosha, EE UU, 1915-Los Ángeles, 1985) Director, productor, guionista y actor de cine estadounidense. Hijo de un hombre de negocios y de una pianista, Welles fue un niño prodigio que a los dieciséis años comenzó su carrera teatral en el Gate Theatre de Dublín y cinco después (1936) debutó como actor y director en Nueva York. Durante su etapa teatral alcanzó notoriedad gracias a diversos montajes shakespearianos, como el de Macbeth, obra íntegramente representada por actores negros, o Julio César, todos ellos producidos por la Mercury Theatre, compañía fundada por el propio Welles y su socio John Houseman en 1937.
Su versión radiofónica del original literario de H. G. Wells La guerra de los mundos (1938) fue hasta tal punto realista que sembró el pánico entre miles de oyentes, convencidos de que realmente se estaba produciendo una invasión de extraterrestres. Avalado por este éxito, firmó con la productora RKO un contrato que le otorgaba total libertad creativa, circunstancia que aprovechó hasta el límite en su primer filme, Ciudadano Kane (1941).
Considerada como una de las obras más significativas de la historia del cine, esta especie de biografía imaginaria del magnate de la prensa William Randolph Hearst, protagonizada por el propio Welles -coautor también del guión, que escribió en colaboración con Herman J. Mankiewicz-, fue capital a la hora de sentar las bases del moderno lenguaje narrativo cinematográfico.
Sin embargo, el propio Hearst aprovechó los resortes de su poder para criticar duramente la película, que no consiguió el éxito esperado en Estados Unidos, mientras que hasta después de la Segunda Guerra Mundial no se estrenaría en Europa, donde enseguida se convirtió en una cinta de culto minoritaria.
Su segundo filme, El cuarto mandamiento (1942), el único de los que dirigió en que no apareció como actor, sufrió considerables recortes de la productora, final feliz incluido, antes de su estreno. El fracaso económico de estas dos películas indujeron a RKO a rescindir el contrato y en adelante Welles se vio obligado a trabajar con graves penurias presupuestarias, lo cual no le impidió filmar otro título considerado clave, La dama de Sanghai (1947), un thriller protagonizado por Rita Hayworth, entonces su esposa.
Tras rodar la primera de sus versiones de obras shakespearianas, Macbeth (1945), se exilió en Europa, cansado de las presiones de las productoras y temeroso del Comité de Actividades Antiamericanas. En el Viejo Continente regresó a Shakespeare con su versión de Otelo (1952), filme cuyo caótico rodaje se prolongó durante tres años y que, pese a haber sido galardonado con la Palma de Oro del Festival de Cannes, representó un nuevo fracaso comercial.
Gracias a la insistencia del actor Charlton Heston, protagonista y productor de la película, Welles pudo regresar a Hollywood para dirigir Sed de mal (1958), majestuoso thriller en blanco y negro en el que destaca el plano-secuencia que abre el filme, el más largo de la historia del cine. De nuevo en Europa, rodó El proceso (1962), versión de la novela homónima de Franz Kafka, y en 1965 y con producción del español Emiliano Piedra, Campanadas a medianoche, amalgama de diversos textos shakespearianos (principalmente Las alegres comadres de Windsor y Enrique V) articulados alrededor de la figura de John Falstaff, papel que se reservó para él mismo y que constituyó, a todos los niveles, uno de los puntos culminantes de su trayectoria.
La última etapa de su carrera como director estuvo jalonada de ambiciosos y a la postre inconclusos proyectos, como Don Quichote, The deep o The other side of the Wind. Paralelamente a sus actividades como director y protagonista de sus propios filmes, desarrolló una importante carrera interpretativa en la que destacan títulos como Alma rebelde (1944), de Robert Stevenson, la inolvidable El tercer hombre, de Carol Reed, o Moby Dick, de John Huston. En 1975 recibió del American Film Institute el reconocimiento al conjunto de su carrera artística.